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FAMILIA Y ESCUELA:

LA UNIÓN HACE LA FUERZA

            Queridos padres, profesores y alumnos:

 

Con el final de otro curso me gustaría detenerme esta vez en un tema que a todos/as nos interesa y del que somos parte: "La relación Familia y Escuela".

 

Un proverbio africano dice que para educar a un niño hace falta la tribu entera, y es que si algo tenemos todos claro es que la Educación es una tarea compartida entre padres y educadores cuyo objetivo es la formación integral del niño/a.

 

Una buena interacción entre la escuela y la familia, ofrece al niño/a una imagen de acercamiento y relación entre las personas que se ocupan de su cuidado y otorga al ámbito escolar un carácter de familiaridad y seguridad. Cada relación familia-educador es única y original, por eso ha de ser individualizada, debe estar basada en la confianza y en el conocimiento mutuo.

 

Desde mi punto de vista, ser padre y madre requiere cumplir la obligación de educar y también enseñar en la medida de lo que se pueda y de los recursos que se tengan. Educar en valores, educar para la vida, educar a la persona y al corazón... y enseñar lo que sepa o pueda, ya sea cómo hacer una tortilla de patatas, a tocar el violín, a jugar al fútbol, a pescar y un largo etcétera.

 

La obligación de los padres y madres también es educar a los hijos/as para que cuando asistan a clase respeten no solo lo que enseña el maestro sino también a él mismo. Difícilmente los hijos/as se van a comportar adecuadamente si en casa no se les enseña a no hablar a voces, a respetar a los demás, a escuchar antes de hablar, etc.

 

Pero, por otra parte, los docentes no pueden caer en la ingenuidad de querer obviar que en la escuela, además de enseñar, se educa. Cada alumno/a viene de una familia diferente, con unos valores e incluso cultura distinta... pero la escuela es y debería seguir siendo un lugar donde todos juntos aprendemos a relacionarlos con otros iguales y también otros adultos fuera de la familia. Tampoco podemos nunca pasar por alto que los docentes trasmitimos nuestros propios estilos educativos, somos fuente de imitación y con capacidad de modelaje sobre el alumnado.

 

Por tanto, no cabe esa dicotomía enseñar o educar porque de entrada no se puede enseñar si antes no educamos. Esta dicotomía no hace más que seguir enfrentando a padres y madres con la escuela. Ambos, familia y escuela, son pilares fundamentales en el desarrollo de los niños/as y deberíamos trabajar conjuntamente por mejorar tanto la educación como la enseñanza, dar ejemplo de trabajo en equipo a los niños/as y sobre todo, por encima de todo, trabajando juntos, y no enfrentados, por ellos y para ellos, les estaremos mostrando cuanto les queremos y cuanto nos importan.

 

Un saludo a todos y feliz verano.

 

La orientadora

Mª Inés Alonso del Rey.

 

"La verdadera educación de un hombre comienza varias generaciones atrás" (Eleuterio Manero)

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